Resumen: Linda Guamán es una científica ecuatoriana reconocida entre las 100 líderes del futuro en biotecnología a nivel mundial. A días de parir a su primer hijo, quien nació a mediados de abril, nos contó sobre las presiones que existen para postergar la maternidad en el mundo científico, y sobre cómo se arriesgó a concebir portando un grillete en su tobillo izquierdo.
Responsable: María Fernanda Almeida | Fecha: 23-04-2023 | Cuaderno: Maternidades | Foto principal: cortesía.
“Hijo mío, un día veremos esta foto y te contaré el momento por el que la mamá pasaba mientras te tenía dentro”. Este fue el tuit que Linda publicó el 8 de marzo de 2013 en su cuenta personal de Twitter, junto a una foto en blanco y negro en la que muestra su vientre abultado de ocho meses, el cabello suelto, una tela oscura que envolvía sus piernas y el grillete electrónico que usa hace dos años.
Linda dudaba si era una buena idea concebir a Carlos en medio de un proceso judicial (peculado) por la compra de pruebas de COVID-19 mientras fue funcionaria pública en el Municipio de Quito, pero -a su vez- el reloj biológico estaba llamándola con fuerza a sus 38 años.
“Decidí vivir la maternidad con todo lo que se venía. (…) El grillete te da un estereotipo negativo por la falta de conocimiento que tiene la sociedad sobre qué significa una medida cautelar. Bajo ese criterio es algo avergonzante para quien lo porta. (…) Con el trabajo psicológico que he hecho he reivindicado ese sentir muy ligado a la culpa, que en mi caso no existe. Yo sé que, más allá de pasarme algún semáforo alguna vez o de bajarme algún libro pirata, no soy ninguna delincuente”.
El 3 de abril de 2023 le concedieron un hábeas corpus para que pudiera dar a luz sin portar el dispositivo en su tobillo izquierdo, pero la decisión judicial fue tan limitante que, después de recibir el alta por cesárea, debía volver a colocarse el grillete. A Linda le sorprendió que un juez pasara por alto su condición de vulnerabilidad después de una operación.
María Dolores Miño, su abogada, apeló ante la Corte Nacional para que Linda pudiera sacarse el dispositivo al menos durante los tres primeros meses de lactancia, pero con 40 semanas de embarazo aún no se había sorteado a los jueces que atenderían el pedido.
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Linda, actual directora del Centro de Investigación Biomédica de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), afirma que el mundo científico es competitivo y machista, lo que supone una elevada presencia masculina en cargos directivos (en entrevistas pasadas a medios locales comentó que la confunden con la secretaria del investigador). Pero esta cuencana, especialista en microbiología y reconocida como una de las 100 líderes del futuro de la biotecnología por un prestigioso programa de ciencias estadounidense (Harvard-MIT Health Sciences), ha trabajado con tenacidad para forjarse su espacio.
Antes de parir laboró el doble de horas para compensar los tres meses que significaría la licencia postparto: “La evidencia es clara respecto a que cuando las mujeres tenemos hijos, nuestra producción científica cae. No son anécdotas, son datos duros. (…) Eso me hizo detenerme por muchos años e incluso decir que no quería ser mamá”.
Al momento de esta entrevista, Linda sabía que su pareja (también científico) solo podría acompañarla una semana con Carlos Francisco recién nacido. Para ella, los permisos de paternidad en Ecuador son irrisorios y la estructura social sigue cargando más a la mujer.
Con el grillete y el patriarcado en contra, igualmente tomó el riesgo y hoy procura mantener firme su salud mental. En lugar de abrumarse con el «mar» de información sobre lactancia, puerperio y neonatos, Linda quiere disfrutar de su bebé, su pareja, sus tres perros y sus tres gatos. “En algún momento hablaré con mi hijo y le diré: ‘mira, nosotros tuvimos que afrontar audiencias, juicios, acusaciones, presiones, y tú estabas ahí, con la mamá'».