Un conmovedor registro fotográfico que muestra cómo el feminicidio en México deja huellas imborrables en las familias.
Por Alejandra Edwards (México), en alianza con Habitación Propia.
«Saliste de casa para no volver jamás» es la frase con la que Lidia Florencio, madre de Diana Velásquez, asesinada y violada en México (2018), inicia una emotiva carta en la que muestra todo su dolor y desencanto por la pérdida de su hija, víctima de feminicidio.
Este conmovedor relato forma parte de un proyecto fotográfico que visibiliza el dolor y la impotencia que producen las muertes violentas de mujeres mexicanas. En él se recopilan historias de las otras víctimas del feminicidio: abuelas, madres, hijos, hijas y hermanas que perdieron batallas por la violencia de género.
Son retratos de espacios, objetos, lugares que fueron habitados por ellas y hoy parecen vacíos. Fotografías que hablan de una sociedad indolente, un Estado impune, corrupto y roto. Son cartas escritas por una mano que se desangra. Despedidas que buscan respuestas, que hablan de revictimización, de gritos, llantos e impotencia.
Este registro fue publicado en 2018 por la fotógrafa mexicana Alejandra Edwards. Habitación Propia cree en el trabajo colaborativo y transnacional, y ha querido compartir las imágenes para denunciar frontalmente que la violencia en contra de las mujeres en México, Ecuador y el mundo, aún está lejos de terminar.
En memoria de Diana, Fátima, Varinia, Jessica, Fernanda, Ashley, Fátima, Celene, Sra. Ana, Esveydi, Serimar, Campira, Karen, Daniela, y todas las mujeres que salieron de casa para no regresar jamás.